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jueves, 21 de diciembre de 2017

Amores imperfectos


—Le robas el beso y sales corriendo.
—¿Estás seguro? Mira que yo corro poco con mi bota ortopédica.
—Bueno, pues le robas el beso y no te mueves, la miras fijamente a los ojos.
—Pero ¿no ves, que con estas gafas de culo de vaso no sabrá dónde miro?
—A mí, me dio resultado.
—Claro porque la besaste en la nuca, eso no vale. Yo quiero su boca, quiero hacer como en las películas, separar mucho los labios, sacar la lengua…
—¡Para! ¡frena! ¿La lengua? ¿Pero tú sabes lo que dices? ¿Y sentir el tacto frío de sus brackets? Puajj 


Nota: Con este relato hemos estado una vez más en la final semanal del estupendo programa de microrrelatos de Wonderland de RNE Radio4 dirigido por Rosa Gil.
Un saludo desde aquí y otro día pongo el enlace para que os lo creáis que ahora no funciona :)

martes, 21 de junio de 2016

Astronauta por vocación (Finalista semanal en REC)

Cuelgan de las cuerdas de la del quinto un sol de grandes dimensiones con ojos y sonrisa, bolas de papel, que simulan planetas ingrávidos,  atados a una goma elástica que suben y bajan como asteroides de caucho, y en su movimiento disidente, casi impactan con la maqueta de un cohete espacial instalado en el patio de vecinos.
Al atardecer, cerca del tejado, una luna llena ilumina un papel pintado con miles de estrellas  y galaxias infinitas.
Como cada noche, desde que está sin trabajo, baja con los niños y los introduce, uno a uno, en el módulo lunar para soñar un viaje en su particular parque de atracciones.



Reseña Cadena SER Y PODCAST  de los relatos:
"Llega un nuevo concurso de Relatos en Cadena en nuestra novena edición. Esta semana hemos recibido más de 648 relatos.Entre los finalistas se encontraban, José Manuel Dorrego, Manuel Montesinos y la ganadora Marta García con su relato "Rumores".

viernes, 20 de febrero de 2015

Negocios sucios

Era la primera vez que pasaba una noche entera sin dormir. Me disfracé de enfermera, de monja  y hasta de maestra o secretaria con plumas y unas gafas enormes.
Algunas veces, él se acercaba y me ponía accesorios: un parche en el ojo, diademas con falsos brillantes, pelucas de muchos colores y zapatos con tacón de aguja-como los que usaban las grandes actrices- y faldas muy cortas de colegiala. Entonces, nada me extrañó, ni siquiera que el señor y yo jugáramos juntos en la misma cama y que al día siguiente entregara a mi padre un fajo de billetes.



Ilustración de Amparo Martínez Alonso.